Izquierda Cristiana de Magallanes
  Fundamentos Ideológicos actualizados al Segundo Congreso Nacional
 

i) La Izquierda Cristiana es un partido revolucionario, que propugna construir el socialismo. Su horizonte histórico es la superación de la explotación y toda forma de dominación, a partir de una inspiración cristiana y humanista, e integradora del conjunto de las expresiones espirituales de carácter liberador.

Por tanto, se propone luchar para poner fin a la sociedad capitalista, fundada en la distribución desigual del poder y los bienes sociales; en formas de exclusión, discriminación y violencia; en patrones de explotación, dominio y alienación. Se trata de un tipo de sociedad que ha llegado a poner en peligro los equilibrios ambientales y la sustentabilidad misma de la vida de la especie humana y de la Tierra.

La actual globalización neoliberal es una etapa avanzada del desarrollo del capitalismo mundial y, por lo tanto, su superación constituye parte integral de la superación del capitalismo.

La Izquierda Cristiana es un partido revolucionario por su carácter radicalmente anticapitalista y antiimperialista, y por la envergadura y profundidad del cambio social que se propone contribuir a provocar. Nos proponemos terminar los daños de escasez que el capitalismo genera por carestía, egoísmo y abuso. También aspiramos a la superación de los daños por exceso que hoy el derroche capitalista se permite.

En este sentido, postula que la perspectiva de una revolución se expresa en un proceso de ruptura del sistema capitalista, en una transformación radical y profunda del conjunto de las relaciones sociales, en un cambio en la esencia de la forma dominante de producir la vida. No aspiramos a reformar o maquillar el capitalismo. Buscamos eliminar todo sistema basado en la dominación, la explotación y la violencia.

ii) La Izquierda Cristiana asume el socialismo como una democratización ininterrumpida y radical de la sociedad en todos sus ámbitos, como una construcción colectiva desde el espacio cotidiano de las relaciones humanas hasta la modificación de los modos de producción social, permitiendo la plena realización de los derechos humanos y el restablecimiento de los equilibrios con la naturaleza y todas las formas de vida existentes.

Al respecto, la Izquierda Cristiana sostiene que el eje principal de construcción del socialismo es el empoderamiento de las comunidades en los espacios locales, centros de trabajo e instituciones educativas. La construcción del Poder Popular permite el establecimiento de relaciones sociales de cooperación, de patrones culturales y de prácticas emancipadoras y socialistas en el interior del modelo social dominante, que prefiguran la nueva sociedad. De este modo se constituye la fuerza necesaria para la realización histórica de la transformación socialista, en sus dimensiones ética, espiritual, cultural, social y política.

En tal sentido, la construcción de relaciones sociales, productivas, culturales, identitarias, de género, de participación y decisión comunitaria, de soberanía ciudadana y poder popular, es la concepción de construcción del socialismo que afirma la Izquierda Cristiana. En esta perspectiva es también una forma de vida, un proceso ligado a la práctica cotidiana y que cruza todos los ámbitos de la vida en comunidad.

El Poder Popular es una idea fuerza ordenadora y un camino para una concepción democrática de socialismo, que se construye en la medida en que la economía, la política y el conjunto de las dimensiones de la vida social son sujeto y objeto de control del pueblo.

La IC asume que democracia, liberación, poder popular y socialismo constituyen categorías estrechamente vinculadas entre sí, articuladas en la búsqueda de dotar a las comunidades de un creciente poder de decisión en el campo del poder político y el poder económico, en el modo de producir la vida. El socialismo, en este sentido, es una sociedad que permite la democratización profunda de todas las instituciones políticas y económicas, el pleno ejercicio y realización de la soberanía popular.

iii) La Izquierda Cristiana es un partido popular. Nos constituimos desde y con el pueblo en su conjunto. La inspiración cristiana y la ética socialista nos definen un lugar: existimos desde los excluidos, marginados y perjudicados por el sistema, para la liberación de toda la humanidad. Allí radica nuestra identidad básica y esencial.

Entendemos la política como una construcción colectiva y democrática que, desde y junto a las comunidades y el movimiento social, busca disputar la dirección política de la sociedad chilena. Nuestra organización se construye desde y con el movimiento social, respetando su autonomía, sus procesos democráticos, y la pluralidad y diversidad que lo constituyen.

La Izquierda Cristiana construye y se desarrolla con la gente, su vida cotidiana y comunitaria. En ese sentido, somos un partido de la acción directa y colectiva, somos un partido de voluntarios y de servidores del movimiento popular.

iv) Somos un partido revolucionario de inspiración cristiana y humanista, que integra todas las espiritualidades de liberación. Recogemos la contribución de la Teología de la Liberación, así como la experiencia acumulada por las comunidades cristianas de base, con especial atención a su aporte en los procesos de emancipación que se han registrado a lo largo de la historia reciente de América Latina y El Caribe.

Al respecto, considerando la evolución y trayectoria del “hecho social cristiano” en las últimas décadas, la Izquierda Cristiana revalida la fecundidad de asumirlo como un campo específico de identidad y disputa, por el cual también pasa la viabilidad de construir la fuerza material y la legitimidad cultural del proceso de construcción socialista. En América Latina, el cristianismo popular es un componente necesario e insustituible del horizonte de la liberación.

Sin embargo, la Izquierda Cristiana no pretende deducir de lo anterior una identificación del cristianismo con su posición partidista, tampoco postula una economía, una sociedad o un Estado “cristianos”, ni menos un socialismo “cristiano” o un camino “cristiano” al socialismo.

Si bien la IC reconoce una base fundamental de inspiración cristiana, manifiesta asimismo que sus filas también se encuentran a disposición de los hombres y las mujeres que, desde cualquier expresión de la espiritualidad y la trascendencia, se aproximen a las luchas por la liberación de la humanidad y al sueño de un mundo emancipado de la competencia y del afán por el consumo, el individualismo, la banalización de la vida y la depredación de la Tierra.
En ese sentido, reconoce la fecundidad liberadora de la cosmovisión de los pueblos originarios, al igual que los aportes recientes del feminismo, el ecologismo y todas las miradas trascendentes que contribuyen a la ampliación de la conciencia humana, social y planetaria.
En definitiva, integramos todas las corrientes de pensamiento y acción que procuran la liberación de todas las formas de dominación social, cultural, de género, étnicas, y sobre la naturaleza. 

fuente: www.izquierdacristiana.cl
 
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