Izquierda Cristiana de Magallanes
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POR UN NUEVO REFERENTE DE LA IZQUIERDA CHILENA
Juan Pablo Cárdenas, Premio Nacional de Periodismo y ex director de revista "Análisis". Fuente: Radio Universidad de Chile. el 31-12-2008, 07:48 (UTC)
 Una de las particularidades que podría tener la próxima contienda presidencial es la posibilidad de que se consolide una candidatura de izquierda que busque competir seriamente con la Concertación y la Alianza por Chile. Un candidato y un programa que se ofrezcan realmente como alternativa a quienes han estado excluidos por 20 años de representatividad en el Parlamento y el Gobierno, como absolutamente excluidos de las decisiones políticas de esta larga y abortada transición a una democracia sólida y participativa.

Que despierte de su apatía a los millones de chilenos que, bajo el soporífico duopolio político, no se animan a inscribirse en el registro electoral, anulan o dejan en blanco su papeleta.

Los partidos políticos excluidos y sus dirigentes se proponen deponer sus particulares intereses en beneficio de las demandas cada vez más expresivas de las organizaciones sociales y de los jóvenes que requieren de un referente ideológico y electoral que se identifique con ese tercio vanguardista sumergido. Capaz de convocar, también, a esos sectores de militantes decepcionados de la política cupular, cuanto fastidiados de sufragar siempre por el mal menor.

Con un manifiesto en que se ofrecen como alternativa, dirigentes socialistas, comunistas, de la Izquierda Cristiana y algunos destacados líderes sindicales prometen converger, desafiliarse de sus partidos, si fuera preciso, con miras a enfrentar unidos las próximas elecciones. Pero, sobre todo, hacer frente a un programa común que le devuelva a la economía su vocación social, recupere al país sus riquezas básicas y consolide políticas públicas que se propongan en serio la equidad en la educación, la salud y otras áreas. Que termine con una diplomacia presumida y prepotente que nos tiene de espaldas a la magnífica posibilidad de planear nuestro crecimiento en la integración con nuestros vecinos y no es esa sumisa y pretensiosa estrategia de ser parte de un mundo al cual no pertenecemos y permanecemos distantes según todos los indicadores económicos, políticos y culturales

Surgiría, así, otra expresión política y social que recupere los viejos principios de justicia social, que saque del fango ideológico al socialismo y le arrebate a la derecha y a todos sus acólitos el apellido de demócratas después de su complacencia con la Dictadura y dos décadas más de inequidad social, grosero binominalismo y abyecta actitud hacia los poderes fácticos. Que se reivindique, además, de sus propios despropósitos históricos, exigiendo sin renuncias o negociaciones espurias, que sean el pueblo y su asamblea constituyente los que legitimen una nueva Constitución e institucionalidad. Que renuncie a reclamar y recibir dádivas de quienes nos cogobiernan y funden en la movilización social su capital político para exigir las transformaciones burladas.

Un referente humanista y progresista que gane adeptos no sólo en sus muchas veces, intangibles propuestas doctrinarias o programáticas sino en el compromiso activo con causas que son impostergables cuando enfrentamos una severa crisis económica mundial y en la que hay indicios de querer endosarle el costo a los pobres el mundo y a las naciones que generan productos básicos, como es el caso de nuestro país. Una vanguardia que desde ya agite la movilización social para recuperar nuestras aguas, el cobre y comprometer las reservas fiscales en la generación de industria y empleo, y no en el salvataje de los bancos y entidades financieras que siguen profitando del sudor y dinero ajenos. Que se oponga radicalmente al deterioro de nuestro medio ambiente y frene la intervención criminal de nuestros cauces y bosques; en un territorio que es prodigioso para el desarrollo de fuentes de energía limpias y, a la postre, seguras e inagotables.

Una expresión político electoral que renueve sus rostros y apele no sólo al voto sino al liderazgo de los jóvenes. Que manifieste en su quehacer y estructuras su compromiso con la inclusión social, la paridad de género, transparencia y probidad. Objetivos tan vociferados como vulnerados por quienes nos gobiernan. Que busque ganar en primera, segunda y en las vueltas que sean necesarias para ganar la mayoría ciudadana. En la convicción de que ahora el futuro está más cercano, luego de la caída de un muro que parecía inexpugnable. Como que hubo quienes llegaron a convencerse de que la historia había concluido.
 

HIRSCH: CONCORDAR EN UNA CANDIDATURA UNICA
T. Hirsh - fuente: www.izquierdacristiana.cl el 31-12-2008, 07:47 (UTC)
 Por su interés, reproducimos el documento entregado por Tomás Hirsch a la Comisión Política de la Izquierda Cristiana, en que expresa su posición frente al llamado a debatir la construcción de un programa de la Izquierda.

Compañeros
Comisión Política
Izquierda Cristiana de Chile
PRESENTE

Queridos compañeros:

Les agradezco la carta que me han enviado recientemente en la cual me plantean sus reflexiones respecto del momento político actual y los desafíos de la izquierda para el futuro próximo.

Coincido plenamente con lo expresado en vuestra carta. En particular, comparto la convicción respecto de que la izquierda se encuentra en un momento clave en el que podría y debería constituirse en una alternativa real de poder y conducción del proceso político y social chileno. Por cierto, concuerdo en que esto no está garantizado y depende en buena medida de lo que decidamos y hagamos las fuerzas políticas y sociales de la izquierda.

Me parece que lo más relevante es concordar en que requerimos cambios profundos y de largo plazo. Nuestro proyecto debe ir más allá de los procesos electorales, concordando en construir una alternativa que continúe en el tiempo, independientemente del resultado de las próximas elecciones.

En particular, me permito señalar los acuerdos que me parecen necesarios en lo inmediato:

1. Debemos acordar que levantaremos una candidatura presidencial única en las próximas elecciones presidenciales. Esa candidatura debería estar encuadrada y comprometida con el proyecto de largo plazo, es decir en el intento de cambiar las condiciones políticas y sociales imperantes en el Chile de hoy.

2. Debemos definir quienes pueden ser precandidatos para el proceso de definición de una candidatura única. Personalmente me parece que como mínimo esos posibles precandidatos no pueden pertenecer a un partido de otra coalición (Concertación), ni formar parte actualmente del gobierno.

3. El mecanismo debería ser lo más democrático y participativo posible. Primarias, Asamblea, Convención. Busquemos un mecanismo que nos satisfaga a todos y dé garantías de transparencia y pluralismo.

4. Debemos tener un programa único acordado, antes de definir el nombre del candidato, para que sea quien sea, lo levante como programa presidencial. Ese programa debe dar cuenta de las necesidades y aspiraciones de amplios sectores del país que siguen excluidos de los derechos fundamentales que le corresponden como Ser Humano. Buena parte de ese programa está expresado en el que elaboramos en el 2005, pero sin duda debería ser revisado, actualizado, mejorado e incorporar las demandas que se expresan hoy hacia el futuro.

5. Debemos acordar construir una lista parlamentaria única del sector, integrada por representantes de los diferentes sectores políticos y sociales, dejando a su vez abierta la posibilidad de evaluar un posible pacto por omisión si este contribuye a asegurar la elección de diputados y/o senadores de nuestra lista.

6. Debemos acordar que los precandidatos que no resulten electos candidato del sector, apoyarán resueltamente a quien resulte electo.

7. Debemos acordar con precisión la decisión que se tomará en una eventual segunda vuelta entre otros dos candidatos. De ese modo evitaremos las discrepancias políticas surgidas al momento de la segunda vuelta posterior a las elecciones del 2005. Esa decisión debe formar parte de un proyecto de largo plazo.

8. Comparto plenamente vuestra propuesta de buscar la ampliación del Juntos Podemos Más a todas las fuerzas políticas y sociales que quieran contribuir a la construcción de una nueva alternativa. Este proyecto no puede quedar cerrado sólo a quienes dieron origen al Juntos Podemos. Debemos convocar a otros, a organizaciones políticas, sociales, culturales, étnicas, juveniles, de trabajadores, mujeres, jubilados. Y esa ampliación debe darse mirando al futuro, es decir poniendo el acento en el “hacia donde vamos”, más que en el “de donde venimos”.

Me parece que una Convención Programática de la Izquierda como la que proponen puede ser una muy buena oportunidad para definir las estrategias de nuestro sector. Esa Convención debería ser lo más amplia posible pero al mismo tiempo acotada a quienes se sienten llamados a trabajar por el desafío de un Chile más justo, más democrático, más participativo. Pero al mismo tiempo dejo abiertas otras opciones si es que se las viera como una mejor manera de retomar el trabajo conjunto. No descartemos ninguna opción antes de evaluarlas cada uno en todas sus posibilidades.

Sepan ustedes que por mi parte haré TODOS los esfuerzos necesarios para avanzar en un proceso unitario que vuelva a responder a las esperanzas de nuestro pueblo tal como sucedió en las elecciones municipales del 2004 y sobre todo en las parlamentarias y presidenciales del 2005.

Soy un convencido de que la única alternativa para Chile surge de la unidad de nuestro sector. Ninguno de nosotros podrá transformar Chile solo. Ninguno podrá construir ese país que soñamos si lo intenta solo. Se perfectamente que en el pasado diferencias en la forma de enfrentar desafíos y decisiones distanció a las fuerzas del Juntos Podemos Más. Creo que es el momento de dejar atrás las diferencias, es el momento de reconciliarnos profundamente por el bien de Chile. Yo estoy dispuesto a hacer todos los esfuerzos necesarios en aras de esa unidad.

Nuestro desafío es muy grande y por lo mismo debemos dejar atrás todo aquello que nos pudiera haber separado en el pasado. Hemos aprendido de la experiencia que nada es más preciado que la unidad para avanzar en la dirección querida. Debemos poner la mirada en el futuro, sobre todo en el futuro de nuestro pueblo.

Por supuesto que estoy en total disponibilidad de reunirnos en el momento y lugar que lo consideren oportuno.

Aprovecho de saludarnos con todo mi afecto,

Tomás Hirsch.
 

TEILLIER: UN LLAMADO A LA GENEROSIDAD COMPARTIDA
Guillermo Tellier - Fuente: www.izquierdacristiana.cl el 31-12-2008, 07:45 (UTC)
 En su intervención en el acto de proclamación de Guillermo Teillier como precandidato presidencial por intelectuales y artistas independientes, el líder comunista expresó su acuerdo con la propuesta de la Izquierda Cristiana de abrir el debate programático del progresismo chileno.

A este respecto, Guillermo Teillier expresó: “Quiero decir que hemos recibido una carta de la Izquierda Cristiana donde nos plantea la necesidad de reunirnos para discutir en primer lugar un programa. Yo digo aquí abiertamente, casi sin consultarlo con los compañeros del Partido, porque ha sido elemento de discusión, que nosotros estamos absolutamente disponibles para construir un programa de toda la izquierda ahora, a partir de mañana mismo. No tenemos ningún problema”.

Teillier manifestó que “se necesitan cambios institucionales, económicos y sociales de fondo. Y nosotros nos vamos a jugar por ellos y estamos dispuestos a conseguir la máxima unidad, de la mayor amplitud, con un programa único y un candidato único para luchar por esta plataforma de cambios profundos en nuestro país”.

Refiriéndose a los candidatos de la llamada izquierda extraparlamentaria, indicó que “nosotros hemos dicho que estamos dispuestos a llegar a la unidad con todas estas fuerzas, a elegir un candidato único y tener un programa único”. En ese sentido, expresó que un elemento que “hemos estado reclamando” a las candidaturas es “una generosidad compartida, que todos estemos dispuestos a apoyar a aquel que sea elegido como el candidato único de la izquierda. Pero que nadie se sienta con prerrogativas de que él tiene que ser el candidato y nadie más puede serlo”.

Manifestó que el PC trabajará por “lograr esta unidad amplia en torno a un solo candidato y a un solo programa”, pero que “mientras esto se define, yo quiero decir aquí está nuestra candidatura y quiero decirlo también claramente, nosotros estamos dispuestos a llegar hasta el final”.

“Estamos trabajando, y seguiremos trabajando con toda decisión, tanto nuestro Partido como aquellos sectores independientes que nos apoyan y que se están sumando de manera muy importante a nuestra candidatura, que es también un signo de los nuevos tiempos que corren. En realidad, surge muy de abajo la necesidad de unirnos y dejarnos de discutir a veces cuestiones secundarias que nada tienen que ver ni le interesan a la mayoría del pueblo de Chile”, sostuvo.

Refiriéndose a las candidaturas presidenciales del oficialismo, se preguntó: “¿Qué programa le van a plantear al pueblo los candidatos de la Concertación? ¿Van a hacer planteamientos de nuevo tipo que tengan en cuenta esta crisis del capitalismo, de esta inmensa crisis económica, de que Chile necesita un nuevo tipo de desarrollo, que se necesitan cambios institucionales, políticos? ¿Lo tendrán en cuenta? ¿O van a seguir en la misma? ¿Qué van a ofrecer al pueblo de Chile? Propuestas programáticas con las que al menos podamos converger en algunos puntos para favorecer al país, a la mayoría de los chilenos. O vamos a tener de nuevo que dirimir entre dos candidaturas de corte neoliberal. Una más reaccionaria y otra menos reaccionaria pero, al fin de cuentas, para los trabajadores chilenos, prácticamente lo mismo”.

“Nosotros creemos que ninguna promesa que se nos haga de parte de la Concertación tendrá validez si no se termina con la exclusión en Chile”, subrayó. “Porque, cómo va a ser creíble que nos propongan, por ejemplo –que lo digan de nuevo– vamos a reformar el sistema electoral. Cómo puede ser creíble esto, o que van a entregar derechos a los trabajadores, si no existe la correlación de fuerzas suficientes en el Parlamento. Si el sistema binominal hasta ahora ha impedido que se pueda legislar a favor del pueblo. Primero porque la derecha no da los quórum y segundo, por falta de voluntad política de la Concertación que no ha estado dispuesta desde el año 97, cuando lo propusimos, a llegar a un pacto instrumental con nosotros, los comunistas, para el solo efecto de cambiar las leyes más retrógradas o los elementos más retrógrados de la Constitución chilena. No se puede y esto hay que decírselo al pueblo, es imposible. Y si no toman conciencia de esto vamos a entrar de nuevo en una inmensa crisis, y eso lo aseguramos, que no solo va a ser económica, sino también política. Y nosotros sabemos que para enfrentar esas luchas contamos con la fuerza y la voluntad del pueblo y sobre todo de los trabajadores que no van a permitir en Chile seguir siendo expoliados como lo han sido hasta hoy día”.

“Por eso, punto central para determinar la actitud que nosotros adoptemos de aquí a finales del próximo año tiene que ver con el término de la exclusión en Chile. Esa es una condición que nosotros no vamos a dejar de lado de ninguna manera”, enfatizó.


Guillermo Tellier
 

UN ESPACIO CONJUNTO DE LA IZQUIERDA CHILENA
Comisión Política Movimiento Amplio Social – MAS - fuente: www.izquierdacristiana.cl el 31-12-2008, 07:44 (UTC)
 El Movimiento Amplio Social (MAS) y el senador Alejandro Navarro manifestaron su respaldo “la iniciativa unitaria de la Izquierda Cristiana de constitución de un espacio conjunto de las fuerzas de izquierda y progresistas chilenas que elabore el programa de un gobierno democrático para Chile”.

A continuación reproducimos el texto completo de la declaración que entregaron a los medios de comunicación:

DECLARACIÓN PÚBLICA

El Movimiento Amplio Social (MAS) saluda y respalda la iniciativa unitaria de la Izquierda Cristiana de constitución de un espacio conjunto de las fuerzas de izquierda y progresistas chilenas que elabore el programa de un gobierno democrático para Chile. Hacemos nuestra la invitación a construir unitariamente esa plataforma programática mayoritaria y popular.

Reafirmamos además, nuestra opinión de que ese acuerdo programático debe concretarse en la construcción de un nuevo polo político-social en la política chilena, desde donde debe emerger el diseño de un camino común para enfrentar las próximas coyunturas sociales, políticas y electorales.

En esta dirección, el MAS ha sostenido en el día de ayer, a través de su vicepresidente Fernando Zamorano y de su senador Alejandro Navarro, una reunión con los más altos representantes del Partido Humanista expresados por su presidenta, Marilén Cabrera, Efrén Osorio y el precandidato presidencial de esa colectividad, Tomás Hirsch. En dicha reunión ambas colectividades hemos llegado a importantes acuerdos, entre los que se cuentan el de impulsar la conformación de un equipo programático conjunto del sector, y el compromiso con la definición, mediante un mecanismo amplio, participativo y democrático, de un candidato presidencial único de los sectores de izquierda y populares chilenos que exprese una alternativa a la Concertación y a la derecha.

Estamos convencidos de la importancia que tiene que candidaturas como la de Tomás Hirsch, Guillermo Teillier o Alejandro Navarro, así como cualquier otra que defina incorporarse a una plataforma política de carácter alternativo a la Concertación y a la derecha, se hagan parte de este proceso democrático y amplio que determinará quién será el candidato presidencial unitario para representar a las diversas expresiones de la izquierda y las fuerzas sociales populares en la próxima elección presidencial.

En esta línea hemos propuesto, asimismo, para los próximos días, la realización de un encuentro entre las representaciones de los principales referentes de izquierda y progresistas chilenos, donde se de inicio a la elaboración programática y se determine el camino para escoger al candidato único del sector. En pos de ello es que solicitaremos a la brevedad una reunión con la representación del Partido Comunista de Chile.

Comisión Política
Movimiento Amplio Social – MAS

 

UN PROGRAMA DE ACCION Y UNA CAMPAÑA EN ACCION
Jorge Arrate - fuente. pag www.Izquierdacristiana.cl el 31-12-2008, 07:42 (UTC)
 Por su interés, reproducimos el documento entregado por Jorge Arrate a la Comisión Política de la Izquierda Cristiana, en que expresa su posición frente al llamado a debatir la construcción de un programa de la Izquierda.

Compañeros
Comisión Política
Izquierda Cristiana de Chile
PRESENTE

Estimados compañeros:

Agradezco la invitación que me han hecho llegar para participar del debate programático que han sugerido al Juntos Podemos Más y a otros grupos progresistas y que ustedes proponen desarrollar en el próximo tiempo.

Aprecio sinceramente que dirijan esta invitación a alguien como yo que es afiliado a uno de los partidos de la Concertación. Lo entiendo como un gesto político de altura y de claro entendimiento de la realidad política nacional. Millones de chilenos y entre ellos cientos de miles de socialistas y de ciudadanos progresistas han apoyado a la Concertación durante los últimos 20 años y es nuestro deber procurar que una gran parte de ellos plantee como objetivos los cambios indispensables que la Concertación no ha podido o querido hacer.

Nunca concebimos la Concertación como una alianza inmutable y eterna. Siempre hemos sostenido que la manera de establecer una democracia plena en Chile y de atacar con eficacia las desigualdades sociales, económicas y culturales es la progresiva generación de un entendimiento programático que no signifique necesariamente compromisos de gobierno entre la izquierda y el centro auténticamente democrático.

La Concertación ha hecho un aporte al restablecimiento de libertades esenciales, y también a la estabilidad de las variables macroeconómicas y a la generación de un sistema aún embrionario de protección social. Pero la democracia no es plena, sino incompleta, imperfecta, una semi democracia, que poco a poco se ha ido oligarquizando. Y la estabilidad ha sido acompañada de desigualdades ofensivas y crecientes. Hace 20 años prometimos “una patria para todos” y elaboramos un Programa que contiene importantes objetivos que aún no se han cumplido. La Concertación ha ido perdiendo fuerza, mística, decisión y se ha sumido en un mar de autoalabanzas y justificaciones.

La crítica que un sector de socialistas hemos dirigido a la Concertación no es un capricho súbito ni pasajero. Ha sido un ánimo autocrítico que se viene expresando desde comienzos de los años 90, dentro y fuera del gobierno y muchas veces de manera pública. Las tempranas percepciones de “encapsulamiento” gubernativo que manifestó la dirección socialista ya en 1991, la autocrítica de los grupos que la prensa identificó como “autoflagelantes”, las discrepancias internas en materias relativas a los derechos humanos, la detención de Pinochet en Londres y la política económica, el manifiesto “Chile entre dos derechas”, cuyo autor fue el diputado Sergio Aguiló y, entre otros, los documentos publicados bajo los títulos “Enfrentar las desigualdades” y “La disyuntiva”, testimonian esta creciente insatisfacción colectiva. Por eso decimos hoy, con fundamento, que la Concertación perdió la oportunidad de corregirse y no es una alianza capaz de establecer en Chile más democracia y justicia social.

Para lograr estos objetivos y construir una alternativa al neoliberalismo dominante, debemos unir fuerzas, políticas y sociales, tanto como lo permitan las condiciones reales. Sectores del PDC han expresado una suerte de objeción de principios a acuerdos que no sean estrictamente electorales con fuerzas de la izquierda que están fuera del Congreso. Se trata de una visión del todo incompatible con la que históricamente hemos sostenido los socialistas y también, en su momento, democristianos tan ilustres como Radomiro Tomic. A pesar de ello mi propio Partido no parece dispuesto a ejercer presiones decisivas que puedan poner en riesgo su actual alianza. Pudiera ser, pues, que los tiempos de un nuevo proyecto de “unidad social y política del pueblo” sean más largos que aquellos que desearíamos. Con mayor razón es preciso instalar un horizonte y también las bases de una propuesta política transformadora que aglutine fuerzas y teja un conjunto de movilizaciones, acuerdos y entendimientos para superar los desafíos del país actual.

Por un nuevo entendimiento popular y democrático.

El desafío es dar un vuelco e ir más allá de los logros importantes obtenidos por su Partido y el Juntos Podemos Más. Sólo así se ganará en credibilidad y ánimo de victoria y podrá intentarse un acuerdo que convoque tanto al pueblo que ha votado por la Concertación, como a las organizaciones sociales y políticas de la izquierda excluida, y a la ciudadanía marginada, que anula el sufragio, vota en blanco o no se inscribe para así expresar su frustración y malestar. Se trata de construir un nuevo referente popular y democrático, un conglomerado amplio donde ojalá participen componentes representativos de todo el arco de la izquierda y el centro progresista.

Estas ideas, que he tratado de exponer al máximo públicamente, no son una convocatoria a “fundar” una izquierda. Hay partidos y agrupaciones que han resistido 17 años de dictadura y 18 de exclusión. No sólo tengo con ellos coincidencias, no sólo comparto su aspiración de no ser excluidos, sino que también los respeto y creo que pueden reclamar legítimamente el haber defendido con honestidad ideas de izquierda.

No se trata, tampoco, de construir una izquierda “más social”, menos partidista, contra la izquierda histórica. Se trata de sumar, en el reconocimiento de diferencias, luchas y tradiciones para construir una alternativa progresista y popular para el siglo XXI. La cuestión fundamental, creo, es cómo generar una síntesis virtuosa, un entendimiento vivo capaz de ir superándose a sí mismo en cada etapa.

El desafío es complejo: se trata de unir y organizar, sin afectar identidades ni diferencias legítimas, al mundo popular y democrático que se ha fraccionado por el accionar de las instituciones mercantilistas y por la ausencia de un horizonte de mediano y largo plazo. Aprecio la tarea que en esa dirección ha realizado la Izquierda Cristiana y el Juntos Podemos Más, base indispensable para posteriores desarrollos. También aprecio, como señalé, el significado de su invitación, que revela que ustedes también valoran aquello que los socialistas allendistas, afiliados o no al Partido Socialista, podemos aportar.

Las elecciones parlamentarias y presidenciales.

La política está malherida. El mercado ha invadido todos los intersticios de la vida colectiva e incluso privada, entre ellos la política. La Constitución de Pinochet, cuyos pilares claves no han sido modificados, minimiza el Estado, sacraliza la propiedad, predetermina los resultados electorales, excluye a un alto porcentaje de chilenos de la vida pública e induce a millones a auto marginarse de la lucha electoral.

La democracia limitada ofrece, sin embargo, la oportunidad de las elecciones. Debemos sacar partido de la ocasión, por más que los mecanismos institucionales y los medios de comunicación dominados y hegemonizados por la derecha y el pensamiento único intenten imponer sus esquemas y reproducir sus intereses. De este modo, si bien la política está desprestigiada ante la ciudadanía, las próximas elecciones son un momento en que es posible expresar los mejores sentidos del quehacer político y de la lucha social.

Para hacer visible la opción recién delineada requerimos una candidatura presidencial y candidaturas parlamentarias fuertes, con capacidad de generar unidad y convocatoria. La derecha será enfrentada en primera vuelta presidencial por dos alternativas: una de centro, que propone continuidad con remozamientos, y otra de la izquierda, que propone que el país haga un giro hacia más libertad y justicia social.

Ambas opciones debieran convenir un pacto parlamentario flexible y abierto a aquellas fórmulas que permitan terminar con la exclusión y construir mayorías parlamentarias para los casos en que exista coincidencia de propósitos. Si esta condición se cumple, cabría examinar un acuerdo de apoyo recíproco en los escenarios de segunda vuelta, fundados en acuerdos específicos sobre medidas legislativas y administrativas del gobierno electo y plazos para su cumplimiento.

La disposición de muchos socialistas y allendistas disconformes con la Concertación, entre ellas la mía, es contribuir a levantar esa candidatura de izquierda, como una opción amplia, plural y de claro perfil antineoliberal, pero que, al mismo tiempo, exprese desde ya su vocación de mayoría. Como ustedes saben, he aspirado hasta ahora a ser candidato presidencial de esta izquierda amplia y a dar los pasos indispensables en coherencia con esta disposición. He luchado y lo seguiré haciendo en las próximas semanas para que el Partido Socialista corrija su política y se comprometa con una candidatura de un nuevo referente popular y democrático. Si bien es obvio que las perspectivas no parecieran favorables, mi acción me resulta moralmente indispensable y apunta, políticamente, a permitir el resurgimiento de la histórica definición de izquierda que es esencial a la identidad socialista.

Una candidatura de izquierda deberá determinar el mejor procedimiento para construir programa y el método para elegir su candidato. En esta última materia es claro que una primaria abre dimensiones de participación que no ofrecen otros sistemas. Pero todos sabemos que una primaria seria requiere de cuantioso financiamiento. Por otra parte, los méritos del método de primaria, como lo he dicho desde hace meses, sólo se manifiestan cuando se trata de una primaria limpia. He señalado que por tal entiendo un evento con financiamiento centralizado, con un espíritu constructivo y con un debate fluido y de alcance nacional organizado en común. Aquello que criticamos en las elecciones nacionales no puede aceptarse en primarias de la izquierda.

Respecto al Programa, estimo que debe constituir una base que deberá perfeccionarse en la propia campaña. Esa base debiera recoger materias aún pendientes del Programa de 1989, cuando apoyamos el mismo candidato presidencial, y muchos de los planteamientos elaborados para el programa del Juntos Podemos Más en 2005. Un programa básico de una decena de puntos, como los que hemos mencionado en nuestros recientes documentos “A Veinte Años del NO” y “Agotamiento, Lucha y Esperanza”, puede unir fuerzas y desatar energías sociales y políticas con entusiasmo en torno a las grandes banderas que debemos proponer a la ciudadanía.

En cuanto al enorme universo de jóvenes no inscritos, creo que, aunque necesarios, son poco eficaces los llamados propagandísticos a inscribirse. Soy partidario de invitarlos a participar en una campaña de construcción de fuerza social y política. Recabarren “fundaba” en los lugares donde llegaba. Un diario, un sindicato, una seccional, una célula, un núcleo, una filarmónica, un centro cultural, un centro de mujeres. Ese debe ser un eje central de la campaña. Cada joven decidirá en ese marco si nos acompaña al acto de votar o no.

La campaña de 2009 es una gran ocasión para hacer de las elecciones un momento de síntesis: construir una presencia insoslayable y estratégica de la izquierda en Chile, enfrentar organizadamente la crisis financiera que comienza a golpearnos, en particular a los trabajadores y a los más débiles, y desarrollar organización social. Por eso propongo una campaña al viejo estilo, larga y trabajada, “fundadora” de fuerza social, de pequeñas o grandes organizaciones que permanezcan en la base cuando el perfume de las elecciones se extinga y quede siempre allí el de la lucha de todos los días por una sociedad más justa. No tenemos dinero, pero tenemos voluntad y podemos tener nueva mística. Su resulta podría ser, pienso, una nueva presencia de izquierda que modifique claramente el escenario político actual.

En las campañas breves nuestros adversarios ejercen en plenitud su ventaja mediática y financiera. La nuestra es la mística y la dedicación de nuestra gente y la única forma de desplegarla es con el tiempo suficiente. Requerimos un “Programa en Acción” y una “Campaña de Acción”.

Para trabajar en esa línea acepto incorporarme a la iniciativa que la Izquierda Cristiana impulsa.

Estimados compañeros:

He querido hacerles llegar estas líneas porque siento la necesidad de expresar con más formalidad conceptos que he señalado parcialmente en la prensa o que incluso han sido objeto de nuestro diálogo.

Nunca he pensado en ser candidato para negociar cargos de ningún tipo o privilegios personales. Tampoco he condicionado mis decisiones respecto a mi membresía socialista a pronunciamientos previos de mis eventuales apoyos. Por otra parte, es absurdo imaginar que pretendo tejer una “carrera política”. Mi trayectoria como socialista está, en buena parte, ya escrita. Mi afán es luchar seriamente por un proyecto colectivo con impacto inmediato pero que madurará en tiempos que ahora no podemos determinar. Y quisiera hacerlo en la forma y el lugar donde más logre incidir con mis ideas y donde mayor sea mi aporte. Coincido en que los grandes objetivos de esta fase son romper la exclusión y construir un actor de izquierda decisivo y de mayor magnitud y pluralidad que el que hoy existe. A veces pienso que no es fácil compatibilizarlos, pero permanece en mí la convicción de que lo lograremos. Soy optimista. Creo que en nuestro esfuerzo común no es descartable una muy buena primera vuelta para la izquierda y quizá una batalla en la segunda… Es difícil, pero no es imposible.

Fraternalmente,

Jorge Arrate.

 

Celebrando un Nuevo Aniversario en Magallanes
IC comunal Ptaarenas. el 27-12-2008, 02:00 (UTC)
 El día 24 de octubre a dos días de las elecciones se realizó un encuentro de camaradería con los compañeros de la IC Magallanes, no pudimos celebrar como hubiéramos querido por razón de las elecciones que se realizarían 2 días después.

El encuentro se realizo en la intimidad del hogar del Compañero Oyarzún donde junto a su familia nos acogieron con los brazos abiertos, aunque no pudieron asistir todos nuestros compañeros celebramos el reencuentro y el trabajo en torno a un nuevo desafío.

La mesa estaba repleta de cosas exquisitas y no podía ser de otra forma si la característica principal de la compañera anfitriona es su delicadeza. Parecía increíble que estuviéramos celebrando el cumpleaños de nuestro partido en casa de un compañero con tanta historia como Héctor Oyarzún, y con nuestra candidata a concejala Gladys Neira, celebrando además el primer año del Comunal. Pensar que hace menos de un año nos estábamos reuniendo un pequeñísimo grupo para ver si era posible rearticular el partido en Magallanes y ese día conversábamos de cómo le iría a los tres candidatos de la Izquierda Cristiana en la región, con dos comunales y pensando en la proyecciones para seguir creciendo.

Entre los presentes estaba un histórico como el compañero René Pérez y compañeros que recién inician su militancia como Mario Nahuelpán o Gladys Teneb, compartíamos recuerdos y proyecciones. En fin había esa sensación de Comunidad, tan propio de nuestro objetivo político que pretende más que estructuras, construir comunidades.

Durante la actividad; en un ambiente ameno, de mucha conversación y bromas iban y venían, estuvimos observando y compartiendo impresiones de una presentación de fotos que los compañeros anfitriones elaboraron tomando imágenes diseminadas por la web; realmente fue una experiencia que nos habla de una reconstrucción partidaria que posee historia y presente.








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